Semblanza de una buena persona
El pasado 22 de mayo falleció Carlos García, quien fuera un conocido vecino de Villa El Libertador, un trabajador incansable en la tarea evangelizadora de la parroquia Nuestra Señora de Trabajo, y también alumno y egresado de nuestra institución. Carlos y su esposa Ana enriquecieron con su presencia nuestras aulas, y a manera de humilde retribución queremos recordarlo contandole al mundo quién fue él.
Carlos García nació el 14 de octubre de 1942 en la localidad de Bartolomé de las Casas, provincia de Formosa. En su infancia acompañó a su familia en un recorido por varias provincias argentinas, Viajó por varias provincias junto a su familia, en busca de oportunidades laborales. Siempre con el mismo objetivo, llegó a la ciudad de Córdoba, y para esa época ya tenía veinte años de edad.
El joven Carlos trabajó como albañil y carpintero. Poco después se puso de novio con una joven llamada Ana, a quien conoció de una forma bastante curiosa: la mamá de Carlos tuvo que ser internada a raíz de una enfermedad, y Ana estaba internada en la misma sala; el horario de visita fue a la vez el momento del amor, cuando los dos jovenes se conocieron.
Ana y Carlos se casaron y vinieron al barrio Villa El Libertador, en el año 1965. Para esa época el barrio era, como ahora, una zona humilde y habitada por vecinos de bajos recursos pero trabajadores, pero sin los servicios básicos ni la infraestructura que conocemos actualmente.
La familia García: debajo, Carlos, Ana y su hijo Sergio; arriba, de izquierda a derecha, Arturo, Julia y Claudia, sus otros hijos. |
La joven pareja habitaba una vivienda humilde como la mayoría de las viviendas del vecindario. La familia creció y con el tiempo fueron cuatro los hijos que alegraban el hogar.
Un día Carlos estaba juntando leña con los integrantes de su familia, en la zona del fondo del barrio conocida como "las barrancas" (hoy ya urbanizada), cuando escuchó, en la lejanía, las campanadas de la iglesia del vecindario, que llamaba a los feligreses. Ese sonido, en ese momento, fue un llamado para él y para su familia: todos ellos se acercaron al modesto templo que estaba frente a la plaza del barrio, que en ese entonces era una capilla que dependía de la parroquia "Jesucristo Salvador del Mundo" con sede en Barrio Comercial. Comenzaron a asistir a Misa, luego se integraron en la conunidad católica y participaron en las numerosas actividades que allí se realizaban. La catequesis y la lectura de la Biblia fueron centrales en su experiencia, y tanto Carlos como Ana se convirtieron en agentes evangelizadores, y a medida que pasó el tiempo fueron referentes ineludibles de la comunidad.
Carlos y Ana, inseparables, ingresaron en nuestro Instituto en el año 1999. Querían completar sus estudios y así lo hicieron: cursaron la Primaria para Adultos, luego el Nivel Secundario, y egresaron a fines del año 2003. Carlos y Ana no se detuvieron allí y comenzaron a a estudiar una carrera terciaria; eligieron el Instituto de Culturas Aborigenes, y en 2006 egresaron y recibieron cada uno el título de "Técnico Nacional en Lengua y Culturas Aborigenes".
Carlos García, con los colores patrios, durante un acto escolar en nuestra institución. Como alumno demostró ser muy aplicado.. |
Por otro lado, ambos se mantuvieron activos en la comunidad católica, que para ese entonces ya tenía el rango de parroquia y estaba consagrada a "Nuestra Señora del Trabajo". Catequesis, talleres bíblicos, charlas para novios y matrimonios, evangelización por medio de la radio, fueron algunas de las actividades en las que ambos dejaron su huella. Para entonces todos los conocían como "Don Carlos y Doña Ana".
Consumado escritor, Carlos compuso canciones y escribió poemas. Su guitarra sonó innumerables veces en Misas y eventos comunitarios. En 2011 el Instituto Nuestra Señora del Trabajo, a modo de retribución, colaboró para que Carlos pudiera publicar un libro titulado "Expresiones", del cual nos hemos servido para completar esta mini biografía.
Portada del libro "Expresiones", que recopila poemas y canciones escritos por Carlos García. |
Como dijimos líneas arriba, don Carlos falleció el 22 de mayo. El dolor se acrecentó cuando pocas semanas después fallecieron su hija Claudia y su nuera Patricia, catequista y ex catequista respectivamente, y enfermeras de profesión las dos.
Foto reciente de un encuentro catequístico: Carlos y su hija Claudia, quien falleció en junio, casi un mes después que su padre. |
Hoy don Carlos no está entre nosotros fisicamente, pero vive en sus hijos, nietos y bisnietos; vive en su obra, en los recuerdos, en las palabras que dejó escritas y que no dejaremos que se pierdan.
Agradecimientos:
Colaboraron para este artículo: comunidad de catequistas de la parroquia "Nuestra Señora del Trabajo", seño Eli Tissera (maestra de Don Carlos en la primaria de adultos), Arturo García y familia García.
Fue un honor ser Profesora de Carlos y Ana. Yo aprendí de Él,ser tranquila para los peores momentos, rezar, confiar, cantar a NTRA SRA DEL TRABAJO. Siempre estaré en deuda con Él,por su generosidad, por su saber, por siempre estar cuando la escuela o la vida lo necesitaba. Te voy a extrañar con tú sonrisa permanente, tú calma voz tú sabiduría de las cosas simples e importantes. Hasta Siempre! Siempre en mí corazóny en mí mente DON CARLOS !!
ResponderEliminarGran persona don Carlos q Dios lo tenga en su santa gloria.
ResponderEliminarCuánta emoción ,CARLOS Y ANA ,fueron mis padres de corazón ,
ResponderEliminarANA me recibió cuando llegue al barrio ,fue la primera persona que tocó ,mi puerta u me invitó a su casa , recuerdo aún el día que me dijo a travez del cerco de alambre que tenía ,usted es nueva en el barrio ??? Si le contesté llegamos el sábado y tengo un bb de cinco meses , bueno después de darme la bienvenida ,me invitó a su casa diciéndome esta tarde nos juntamos en mi casa a las cuatro con algunas mujeres a tomar mate cocido y leer la palabra de Dios
Si le dije pero tengo que llevar mi bb porque mi marido viene tarde de trabajar
Sin titubeó me dijo siiii llévelo y desde ese día paso a ser mi madre que tenía lejos e igualmente don Carlos
Hermosa familia que no conocía ninguna igual
Carlos fue mi hermana de corazón y sus hijas mis hijas ,es muy grande el dolor por la perdida de estas excelente personas que dejaron un vacío muy grande en mi corazón ����
A Don Carlos, me unió que fue mi catequista de confirmación, me convenció de amar a Cristo. En 1995, mi padre, compañero de trabajo, muere en sus brazos, después de un ataque cardíaco. Gran familia. Abrazo a todos
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